CHÁCHARA

Dada la habilidad de nuestro Estado, las registradurías del país se quedaron sin papel hace un año. Es decir que todos los idiotas que envolatamos nuestra identificación en el 2004 debimos esperar más de un año para dejar de ser 50% indocumentados.

Cuando pierdes tu cédula en Colombia sacas una contraseña, trascurren 6 meses y tu identidad llega aún calientita directo desde Bogotá.
Mi primera caducó. La segunda se partió en dos. Mi madre perdió la tercera y hace una semana pagaba la cuarta actualización de la susodicha, provisional, inútil, gigante y blanca contraseña.

Curiosamente mi cédula llegó ayer (y peor, hoy llamaron para avisarlo: sospechoso milagro). Es un carnét lleno de iridiscencias, colores, escudos y datos que necesité angustiosamente durante todo el año.

Tuve problemas en un retén de la policía de carreteras cuando venció mi contraseña; no me permitieron abrir una nueva cuenta bancaria; durante la ley seca (no menores de 18 luego de las 11 p.m.) me llevaron a una estación de policía a las 3 de la mañana y me obligaron a esperar hasta que a las 5 un adulto responsable y de mi familia –mi madre, furiosa y trasnochada - llegó a recogerme; tuve que pagar más de $200.000 en dos ocasiones para trámites no validos con contraseña; me acusaron de identificación falsa en dos bares y mi vida se convirtió en una especie de absurdo infierno dentro del cual me hicieron sentir perpetuamente indocumentada.

Finalmente, y con motivo de la cercanía de las elecciones y el actual proceso de inscripción de identificaciones, mi documento llegó desde la capital. Es decir que los políticos hicieron algo por mi vida, ya que de no ser por las electorales pasaría mi segunda navidad sin "identidad". Ahora el siguiente paso natural de mi existencia es pagar el favor y decidir por quién votar... já!

P.D: extrañé mi blog :) y debo la imagen, la próxima la dedico