Sé de mi nada que me interese saber. Sé que me gustan la playa, los reflejos de luz y las ventanas. Me gustan las nubes y la brisa. Las hojas, los samanes, los manzanos y las naranjas. Me gusta el aire en la cara, el vértigo, las escaladas.
Me gusta el rock, me gusta el tango, la bossa, la samba, la electro, el raga, la cumbia, la salsa. Me gusta la cerveza, y no encuentro gracia en la champaña.
Me gusta el rojo, me gusta el negro, me turba el blanco. Me gustan los pliegues, los ojos, los labios, la piel, las manos, los recovecos, el pelo.
Me gustan los besos y los mordiscos. Me gustan las caricias entre las piernas y sobre la espalda. Me gustan las fresas, la carne, los camarones. Las calaveras verdes. Me gustan los cocos, las nueces, el chocolate. Me gusta estar desnuda.
Me gusta ver brillar luciérnagas entre mis manos. Me gusta bailar en las calles mientras camino, mientras espero, mientras veo. Me gusta bailar y cantar sola o acompañada. Me gusta cantar cuando hacerlo no constituye el castigo de repetir estrofas. Admito que me gustan las parrandas.
Me gusta leer, me gusta buscar, me gusta hablar en silencio. Me gustan la terraza y el césped. Caminar descalza, tenderme en la hamaca. Me gustan los perros, los caballos, las salamandras. Me gusta correr, caminar, romper mis bolsillos. Me gustan los abrigos. Me gustan los olores, la arcilla, el barro y el tacto.
Me gustan las calles, los faroles y los puentes. Me gustan el tren y las escaleras. Me gustan las alturas, los teatros, los campanarios, los conciertos, el calor del sol, recorrer ciudades y montañas. Me gusta nadar y sumergirme. Me gusta la luz, me gusta la noche. Me gustan las cavernas y las profundidades. Me gusta el horizonte. Me gusta la tierra. Me gustan el té, el café y las cerezas. Me gusta perderme. Me gusta descomponer mi reflejo en el agua.
Me gusta saber que no me importa ser juzgada, porque agoté mis explicaciones mientras las invertía en mentecitas falsas.
Veo que te gustan muchas cosas. Me gusta que te gusten las luciérnagas cuando rebolotean en tus manos. Es un gran gusto. Fíjate que desde hace pocos años he optado por usar como mapa para mejor entender a los gustos. Es decir, antes optaba por definiciones teóricas o ideológicas para entender a las personas y mi modo de interactuar con ellas. Ahora uso los gustos. (Bueno, también algunos elementos que he tomado prestados de la psiquiatría). Por ejemplo, la película Amelie es como un tratado de los gustos. Creo que estos dicen más de las personas que sus propias palabras. Por eso es como si ya te conociera.
ReplyDeleteMe gustaría leer el libro "Me gusta, no me gusta" no recuerdo de que autor.
ReplyDeleteEs de los pocos post que he leidos con juegos de palabras que lejos de saturarme, me parece excelentemente bien escrito.
ReplyDeleteYa somos un poco habituales ¿no?
Saludos
Fernando
caminar en linea recta, chocando con viejas con bolsas y pasando por arriba de las bancas.
ReplyDeleteme gusta el msn.
pero me carga la gente que pone su vida en el nick del mismo
¿Qué es "mentecitas falsas"?
ReplyDeleteHay que conocerse a uno mismo para ser feliz, felicidades.
ReplyDeleteMe gusta leer a Hetsah,
ReplyDeleteque es tan irreverente y clara,
me gustan sus post,
me gustan sus letras de colores intercaladas,
me gusta su cara de enfermera sadica.
Si la ves por ahí, le das un beso de mi parte.
Y le dices que todo esto y más, me gusta.
Es lo mejor de cuando uno tiene bien definida su personalidad. Cuando sabes lo que te gusta y lo que no te gusta, porque así uno sabe qué tan dispuesto esta a cambiar por alguien o por algo, o qué tan dispuesto se está para la autenticidad.
ReplyDeleteun abrazo.