Saturday, September 22, 2007

Esa manzana es muy pequeña, también poco roja y algo achatada... demasiado achatada como para darle la vuelta sin mover los dedos más allá del "alrededor" agraciado.
Y la tetera, anda demasiado caliente, cuesta tomarla sin valerse de esos trapitos intrusos que luego tratan de colarse por dentro y arruinar el sabor del té.
Considero importante que ningún objeto, sustancia o ítem extraño entre en contacto con el té.
- preocupan los cambios súbitos en el sabor, dicen que intervienen con la percepción general de las cosas-.
Lo supe cuando vivía en las estrellas.
Un día mi pelo creció tanto que me enredé en una de ellas.
Traté de zafarme dando giros, saltos y más y más vueltas. Despues de observar como tanto ajetreo me capturó más que liberarme, opté por quedarme quieta.
Las estrellas sospecharon de mi y planearon expulsarme (el pelo negro opaca la luz).
Probablemente intuyeron que era más maligna que buena y de cualquier modo acordaron que ya no pertenecía ahí.
El problema habitacional quedó resuelto despues de cruzar la puerta. Uno siempre termina reposando sobre algún lugar, preferiblemente inesperado (aunque claro, mi espíritu de aventura no alcance para que tales ajustes cesen de inquietarme).
El té y la vida en las estrellas no tienen una relación que pueda explicitar aquí PERO les juro que en mi cabeza se encuentran integramente ligados.
El té y caminar por parques de cuyos nombres pretendo no acordarme para colocarles unos nuevos.
Sospechar de la luz del sol entre las ramas, caminar sobre los muros bajos, mirar las mejillas de las personas al pasar (y reir cuando algunas de ellas se incomodan). Recostarme en el metro como si el tiempo no trascurriera, disfrutar los rostros, obviar ciertos aromas, repasar líneas.
Caminar por calles que no conocía e irle perdiendo el miedo a eso del "no sé".
Decidir cosas indecidibles (me gusta inventar palabras que suenan mal y cuyo significado probablemente olvide en segundas lecturas) y asumir con seriedad las risibles responsabilidades que eso conlleve.
Preguntar malintencionadamente, en ocasiones sabiendo la respuesta, sólo por el placer de constatar ciertos asuntos.
Responder con mentiras las más bien-intencionadas preguntas del prójimo.
Darme cuenta que sigo siendo tan mala como siempre he sido.
Y más aún, disfrutar serlo.

Intentaré un trasteo.
Para explicitar las cosas inexplicitables.

Wednesday, September 19, 2007

Las fiestas patrias chilenas me ponen casi nostálgica.
Especialmente porque tengo la impresión de que en mi país no hizamos tantas banderas ni celebramos tan ampliamente nuestra independencia.
A menos que estemos lejos y extrañemos ese clima, esos verdes, las montañas, la comida, el color del cielo, la alegría, la música, la parranda y ¿por qué negarlo? El ron y el aguardiente blanco.
Debe ser una simple impresión mia, en todo caso.
Probablemente se trata de la distancia...

Wednesday, September 12, 2007

NO puedo vivir con ancianos.
La unica anciana genial que he conocido es mi abuela, la cual debe estar jugando parqués con Dios.
De resto simplemente no puedo.
PORQUE son menopáusicas (es que me molesta una anciana en particular y por eso escribo esta vaina, no es general)
Yo soy pacífica, dulce, tierna y en ocasiones callada. PERO no puedo, simplemente no puedo.
NO puedo soportar su caminado de troll cojo a las 6:30 a.m sobre el pasillo de madera.
Su pelo entre canoso, negro y chuto pegoteado a los bordes de la tina. Sus arrugas extra-pronunciandose mientras alega. Su cara de moco en la mañana, sus ruidos de rata en celo en la cocina, el montón de ollas y cajas viejas que amontona, esa maquina freak en la que centrifuga su ropa, el recuerdo de aquel día en que dejó sus calzones blancos, desjuetados y matapasiones sobre la taza del inodoro cerrada (Dios!), su música clásica a todo volúmen (es que ella la pone para que entendamos que es demasiado culta, ya? Lo que no sabe es que todos nosotros tenemos más contacto con la música que ella en toda su vida -trabajé en un Centro Cultural, conocí a toda la Filármonica, músicos de 10 países diferentes al menos, y por cierto tengo un ex violinista, ¿está claro el punto?).
Y aparte SE QUEJA, vigila y husmea como un lirón.
Gracias a ella me he dado cuenta de que las mujeres, o al menos la mayoría de mujeres mayores de 45 que conozco, apenas empiezan a subir de piso se vuelven insoportables y pierden la habilidad de salir a la calle desencartadas.
¿Por qué hay que hacer mercado en un local que no queda cerca de la casa de uno? Para subirse al metro, micro, whatever else, llena de bolsas y hacer estorbo a la demás gente.
¿Por qué hay que salir con todos los hijos, nietos y sobrinos a todo lado? Para seguir haciendo estorbo y obligar a gente cansada e inocente a ceder sillas varias .
¿Por qué hay que dejarse pasar la vida volviendose cada día más gorda cuando una ya está poniendose, de hecho, vieja?
¿Por qué cuando todo ha salido mal, el marido de una o apesta o ya ni está y los hijos lo mandan a la mierda hay que preocuparse TANTO de la casa? ¿Por qué barrer, limpiar, cocinar y joder le da sentido a la vida de estas féminas? Tengo miedo de seguir creciendo, casarme y tener hijos porque aparentemente ambas situaciones pueden devenir en locura.
¿Por qué si los senos ya no están donde estaban y no nacen donde nacían insisten en ponerse escote y espantar por la vida?
¿Por qué no lo dejan vivir a uno si a uno le importa un hongo la vida de ellas?
¿Por qué no se peinan humanamente?
¿Por qué cuando salen del baño éste apesta a menjurge? ¿Cómo logran producir esos olores? ¿Por qué se demoran tanto enmerjunjandose?
¿Por qué se les marca el calzón y porqué es imposible ignorar visualmente ese hecho?
¿Por qué siempre tiene que haber una vieja de mierda cerca a uno?
¿Por qué adoran ser la mamá regañona de todo el mundo cuando, supongo, no quieren a nadie?