Rolling

Tengo un conflicto interno con las salidas y las llegadas, en general.
Mi familia lo sabe y ha sufrido desde la época inicial universitaria y ahora, en la post recién graduada.
No me gusta irme del todo, mucho menos regresar.
Y nótese que para mí estos conceptos (de hecho, son conceptos) son bastante intrincados.

Me cuesta irme, me cuesta dejar ir. La diplomacia y las aguas tibias me pueden y usualmente soporto algunas cosas hasta el final simplemente por no cerrar la puerta definitivamente.
Y me cuesta llegar, porque tengo complejo de nómada.
Llegar a cualquier lugar, circunstancia, país, casa.

Mi comodidad reside en el movimiento, el tránsito. Mirar por la ventana.
No sé si dejo las cosas atrás o si ellas me abandonan a mi. Porque no es cierto eso de que hay que sostenerlas en las manos, o alrededor para tenerlas.
No puedo quedarme ni irme, pero del otro lado me gusta un poco que todo permanezca de algún modo en un lugar preciso, un lugar cómodo.
La paz del rolling.