Saturday, October 13, 2007

Sí, me da cosa ir a casa.
"Cosa" viene siendo una sensación entre el miedo pequeño (el miedo viene en tallas, se los juro), pereza, alegría, ansiedad, relax. Miedo porque al fin y al cabo soy una extraterreste en mi propia casa y porque despues de todo lo que he hecho me veré obligada a responder interrogatorios dignos de la Gestapo. Pereza porque no sé si voy a sentirme bien y encajada en mi entorno familiar... los viajes cambian a las personas, ahora lo sé por experiencia propia.
Alegría de no ser tan responsable de mí misma y por sobre todas las cosas, volver a atragantarme al desayuno con esas arepas de queso inmensas.
Ansiedad ante las caras familiares again casi un año despues... todos han estado muy pendientes de mí, se han quejado por ciertos silencios, me han notado interesada en otras cosas, etc, etc, etc... y yo, en el fondo, he estado más salida de mi misma y mis sentimientos que nunca...
Relax porque ando con conflicto de explorador y admito que he descubierto más de una cosa acerca de mis asuntos (suena egocéntrico, pero claramente no me interesa y de hecho, afortunadamente es egocéntrico, me daría pena no concentrarme en mi jamás, como antes) Tengo tanta libertad que me pregunto si allá voy a poder retomarla. Me estresan las preguntas y siento que aún tengo todo intacto en mi cabeza, tanto, que aún no quiero hablar. No de ciertas cosas. La parte más difícil es que no quiero permanecer, y no sé como se tomen eso.
La otra es que me han cambiado algunos gusto, y la aparte es que quiero seguir en movimiento.
Lo demás es que extrañaré a mis amigos de aquí (aunque al fin y al cabo, a la larga, todos nos vamos) y, porsupuesto (que extraño) el país.
ültimamente quiero más a Chile que nunca.
Me enternece la gente, ando juntandome más a menudo con mis amigos locales y grito "¡Carrete!" como si en verdad no conociera otra rumba.
Además me acostumbré a ser extranjera, y creo que despues de tanto tiempo, el rótulo me queda.
Pido disculpas si jamás pude comprender la suceptibilidad chilena y tenía que enfrentar las cosas llamandolas por su nombre y de frente, para miedo y ofensa de algunos (especialmente algunas mujeres muy sensibles jijiji, sorry), tampoco pude ser enteramente puntual pero mejoré, y mucho.
La nostalgia no me ganó y aprendí a querer cada cosa en su momento (en especial entendí que las cosas tienen un momento y les aseguro que esa lección es básica para mi); también me relajé respecto a los ritmos personales y ya no cargo el mundo a mis espaldas. Y viví, muchas circunstancias. Lo malo es que aprendí a dejar de querer a varias personas, y deseché por completo a otras. También tomé la costumbre de repartir codazos en la calle, y espero perderla en cuanto pise mi tierra (porque allá no se usa y porque si "se me sale" puedo esperar , a lo mínimo, un energico reclamo).
Lo malo es que nunca voy a volver, ni quedarme del todo, ni aquí, ni allá, porque ya me quedé regada por todos lados
Y le tomé amor al estado nómada, del cual siento que no quiero desprenderme.

1 comment:

  1. Bienvenida!
    Una vez que se parte nunca realmente se vuelve...
    ...y te dara por explorar y explorar
    mas y mas, y por probarte a ti misma mas y mas.
    Al final te daras cuenta del tremendo aguante que una puede tener...

    Salud!

    ReplyDelete