Quiero caminar en la playa.
Pensar en la distancia de las montañas hasta mi.
Contemplar el mar otra vez...
Siempre me parece que quiero tenerle a mi lado, y sólo una vez al año puedo...
Nadie se imagina la falta que me hace, los momentos completamente perfectos.
Para mi es como una persona.
Una persona inmensa, larga, onda, cálida -aunque dicen por ahí que puede ser también gélida.
Y cada vez voy a despedirme antes de abordar un avión, siempre con el propóstio de volver a verle, otra vez. Sentarme y escuchar música de lejos; escuchar la luna; esperar sin esperal al sol.
Verle moverse en el día, formando olas grandes y pequeñas.
Mirando cada onda.
Con el pelo mojado, pegado contra la cara sonrosada.

Siempre me gusta a las cinco de la tarde, empezar a caminar por las orillas, descalza.

Verle de noche, otra vez, mil veces... verle y no verle; pero siempre poder escuchar.
Es un bum-bum interior, y ese ir y venir externo... me falta toda esa sensación.

Quiero una ciudad verde, plateada y dorada.
LLena de faroles, de parques y glorietas.
Con balcones, llena de cuevas y alturas.
Caminarla aunque sepa que en cualquier momento puedo tenderme.
Encontrar callejones y esquinas.
Mezclas de música lejana.

Tomar 10 fotos hacia arriba.
Bailar, correr, tocar un rostro.
Desenredarme.
Mirar mi corazón
Con la naríz plena en olores permanentes.
Colores indelebles. Sabores para siempre. Sentarme en un "ahi" y empezar a entenderme. Porque todo dentro de mi se encuentra mezclado.