En mi país, donde digan lo que digan (y que todo este pueblo se levante en mi contra si es necesario!jaja) la gente ES perezosa, la jornada laboral promedio es más larga que en otros países, pero al parecer se aprovecha el tiempo haciendo la mitad de lo que se podría, lo cual aunado con la corrupción ayuda para q nuestra moneda baje hacia el abismo. Tenemos al menos un dia feriado por mes y celebramos la semana santa desde el lunes -aunque algunos trabajamos hasta el miercoles, a ver si se arregla esta vaina-
Me gusta esta semana, igual. ¿Por qué? Tengo tiempo para mi y de otro lado esta época es ideal para disfrutar el vivir en un pueblo, en serio (sí, se trabaja y estudia en la ciudad grande, pero la casa de la mamá queda en el pueblo y cocacola mata tinto, o como sea).
Y es que el pueblo colombiano no es un pueblo común y corriente, no señor.
Cuando su mercé se pasea, alrededor de las 7 p.m, en jueves santo, por las calles de este pueblo, le pueden pasar varias cosas:
*Que una señora cuasi la intente quemar con el jarrito del incienso ( mi madre odia que lo diga, pero es en serio que el incienso de iglesia apesta, ella dice q ese es el olor de Dios -y que Dios es Dios, no dios- , pero estoy segura de que si Dios escogiera un olor para identificarse, es improbable que eligiera ese incienso en particular).
*Que una chica 3 veces más gorda que usted la empuje hacia afuera de la acera -como buen pueblo, este pueblo tiene aceras ínfimas- y usted se tronche un pie tratando de no ser arrollada por los autos.
*Que los chicos del pueblo, por alguna razón extraña, luego de haber tratado de llamar su atención y ante una mirada de "NO!" le hagan la broma del "te imito" mientras sale de la iglesia (recuerdese que está cientificamente demostrado cómo la gente es más confianzuda en los pueblos que en la casa de uno).
*Que una viejita se ofenda porque metiste la cabeza entre las veladoras para lograr ver los monumentos sacros entre la inmensa multitud y reiste al comprobar que hace calor entre tanta llama (si no puedo verlos, entonces como xq se supone que voy a ir de paseo ese día, con ese frio, de iglesia en iglesia?).
*Tb puede pasar que termine comprando cuanta papita más platano frito y algodón de azucar medio gris le vendan, para ir comiendo mientras camina. Y remate sentada con sus amigos en el parque del centro escuchando a una señora de hombrera ochentera cantando baladas del club del clan adapatadas para nuestro señor Jesucristo (usted dura maximo 20 minutos en ese plan, pero ah 20 minutos largos)
*Al otro día, puntualmente, se levanta a ver, por enésima vez y con cierto gusto, la historia de los judios antes, durante y después de ser esclavos en Egipto, la recopilación de las parábolas más fashion de Jesús -no malinterpreten, es sólo que al parecer las que repiten son las más espectaculares, las otras no dan tanto rating-, un poco sobre la vida de Cleopatra y una que otra peli épica de actor gringo sobrebronceado -por aquello de la caracterización.
Obvio la mamá va a tratar de hacer que todos salgan a las 9 de la noche en medio del frio (xq aqui no ha parado de llover) a ver la procesión (en la cual sufren los que cargan las figuras y sufre usted mientras se congela) y claro, ahí llega el incienso otra vez (sí, del mismo del jueves, y del mismo de aquel tarrito prestado de la vecina piadosa y viejita, que convenció a mi hermana menor sobre las bondades de pasearlo por toda la casa y meterse con él a los cuartos, dado lo cual tuvimos que permanecer deambulando durante dos horas esperando que pasara el aroma).
Al final llega el sábado, y usted por fin siente que al menos el pueblo volverá a las labores, pero NO, todo cerrado, pocas almas en la calle y una sensacioncita (porque es pequeñita) de que el tiempo se detuvo, que lejos de agradar, preocupa. El domingo el 75% del lugar continúa en el letargo, sin razón aparente, se repite el chispeo (empezar a llover pero poquito, en colombiano) pero POR FIN alégrese, ya hay, malo malo, tienda abierta en la esquina de su casa.

Nota: AMO tener tienda en la esquina de mi casa. No es lo mismo comprar chucherías en un supermercado de ciudad, al cual se llega utilizando algún medio de transporte diferente a las piernitas, que entrar a la tienda de esquina, donde tienen lo que por acá se denomina "de todo" (es decir, ¡de todo! Lo que quiera lo encuentra ahí, no sé cómo, pero le juro que encuentra de todo, desde galleta hasta alicates, todo en versión mini y medio ficticio, pero ahí está) :)