Be indiga

Y yo que pasé la hasta ahora toda mi vida pensándome freak.
Pero no.
Ahora por lo menos tengo la casi certeza de que ser freak es parte de un fundamentado neohecho sicológico (eso, déjenme decirles, es un avance, al menos para mi).
El descubrimiento empezó cuando entre mis patoaventuras periodísticas tuve que sentarme a preguntar incoherencias y resolver prenociones frente a una sicóloga.
¿Mi tema? La locura momentánea del amor (nótese que el susodicho es de mis infavoritos, pero toca, a las lectoras les encanta -de hecho he llegado a pensar, mientras reviso sus emails, que es lo único que realmente les preocupa, es más, la inquietud por el aspecto físico y la actividad social parecen derivar del mismo ítem… funciona similar un virus :)

Mientras la sico (spycho y sico, jajaja) me explicaba que todo lo que sus mercedes sientan por otro personaje ó personaja es parte de un proceso químico que probablemente termine su ciclo dentro de un año, yo revisaba sus archivos al respecto y me preguntaba xq no podía concentrarme. No es que el tema se me antoje deleznable: es simplemente tumultuoso. Mientras ella hablaba y hablaba poniendo su mejor cara de presentadora de noticias políticas en época de electorales, yo miraba el vacío entre su nariz y sus ojos. Alcancé a bosquejar el proyecto de test próximo, escribí mentalmente el informe para la alcal, divagué sobre cómo tabular las encuestas sin trasnocharme, me reí de los episodios ocurridos el día anterior, repensé las conclusiones de mi tesis, planeé la próxima semana, pensé en el texto sobre los agujeros negros que leía mientras esperaba entrevistarme con ella, descubrí que las uñas de mis anulares crecen más rápido que las demás, recordé que debo pagar* mis tiquetes antes del 4 de mayo y me escribí el recordatorio mental de pasar por la u y averiguar por mis trámites. Todo mientras vigilaba que la grabadora no se apagara (a veces le da y le da y le da), tomaba notas sin pensarlas, seguía preguntándole cosas, dejaba el punto vacío de su rostro para mirarla a los ojos con mi mejor cara de presentadora de noticias políticas en electorales y sospechaba de cierta abejita inoportuna que pretendía entrar por la venta a mi derecha.
Al final, ella me dijo: no has escuchado nada de lo que te dije, ¿verdad?
Y yo: ¿perdón?
Y fue ahí cuando me resolvió mi mundo. Después de preguntarme esas preguntas sin sentido aparente y luego de hacerme dos test –anótese aquí que me encanta hacer test- la señora decidió que la ciencia ya sabía xq mi cerebro no funciona: Soy una niña índigo o indiga, no se me ocurrió preguntar :).
Eso es como ser una persona abstraída pero infiltrada. No le dije que pasar de freak a indiga representaba un descanzo ante tanto desvarío sólo xq sospeché que eso me transmutaría de índiga a paranoica.
Me explicó xq mi actitud es freak, xq pienso tanto las cosas, xq soy físicamente hipersensible, xq, xq, xq.
Sugerí que estaba un poco grande ya para ser una niña indigo, a lo que ella observó que algunos llegamos antes q otros (esa parte, admito, me hizo sentir especial, sinónimo de exótica y rara).
Resueltas todas las dudas y con mi mundo emocional dilucidado, estoy lista para convertirme en un hermoso ser de luz y guía espiritual, sanadora de dolencias varias, telépata, rompedora de esquemas y tachada injustamente de rebelde social, ja!