Apareces detrás de la pared, me tocas sin rozarme y emprendes algún vuelo. No puedo descifrar, a veces ni siquiera comprendo.
Me dibujas en el tiempo y construyes mil silencios.
Te conviertes en los labios que busco sin saber, entre recuerdos viejos y nuevos. Las campanas suenan en mi espalda mientras la brisa envuelve, y siempre te quiero ver por dentro.
Devorarte, besarte las manos, recorrerte, entre los recovecos, volando sobre el suelo, respirarte, vivirte, morderte sin miedo.
Son las ganas atrapadas en la garganta, apretadas entre las piernas, asfixiadas.
Nunca entiendo los porqués, me pierdo entre lineas. La luz y el viento me llevan lejos de la ciudad.
Todas las noches, incluso cuando llueve (sobretodo si llueve) me acerco prendida de una estrella y te veo caminar. Te conozco desde antes, te siento desde siempre.
Mis estrellas permanecen prendidas sobre ti.
Allí te espero.